Aprovechando el cuarto cumpleaños de mis hijos me gustaría hacer una reflexión en cuanto al excesivo número de regalos que pueden darse en estas celebraciones o durante las navidades.
Quiero decir que no es mi caso, pero no ha sido una empresa fácil, debido especialmente al gran número de personas de las que se compone mi familia y la de mi mujer.
Tengo en mi retina imágenes de niños recibiendo innumerables regalos en los cumpleaños y abriendo paquetes y más paquetes. De pequeños, jugando incluso con los envoltorios, de más mayores destrozando entre todos los invitados un buen número de los juguetes recibidos y llevando a casa unas cuantas piezas de algunos otros.
A mí, particularmente, esta práctica no me gusta y no me parece la forma más adecuada de educar a un niño. Por otro lado, me genera un problema de espacio en mi pequeña casa, y el consiguiente estrés asociado. Imáginaos que os regalan 10 juguetes grandes por cada niño (yo sólo tengo mis dos mellizos), y dos veces al año como mínimo (navidad y cumpleaños). Estaríamos hablando de 40 juguetes nuevos como mínimo al año... y eso si "sólo" tienes dos hijos.
En primer lugar se debería tomar una decisión consensuada por los padres (nunca por los hijos) sobre la estrategia para afrontar este problema (porque sí que es un problema o por lo menos yo lo percibo así). Yo os defino la mía:
- decisión mía y de mi mujer- cada niño puede elegir únicamente un regalo el día de su cumpleaños (esto para nosotros es relativamente fácil ya que nuestros hijos son muy pequeños- 4 años-). Los niños pueden decidir aquello que quieran que se les compré, siempre dentro de unos límites.
- puede haber otra mucha gente que quiere comprar un regalo a los niños (abuelos, tíos, amigos...). Vamos a diferenciar a estos "regaladores" en dos grupos- aquellos con los que tienes confianza (abuelos, tiós...) y aquellos con los que no (un amigo que se pasa por el cumpleaños a felicitar al niño).
A tus padres, hermanos, abuelos... les puedes decir que no ves bien ese excesivo número de regalos. Pero ellos quieren hacer un regalo al niño y están en su derecho. Así que no les vamos a quitar el gusto (les podemos decir que vamos a comprar un regalo de alto coste económico y que nos gustaría que colaboraran con él). En nuestro caso este año les hemos comprado las bicicletas, el año pasado fueron unos Legos, el anterior otras bicicletas.... Si vuestros familiares respetan vuestra decisión (no siempre ocurre) conseguirías dos cosas. Por un lado y la más importante es que vuestros hijos perciban que en su cumpleaños hay un regalo- el que han elegido- y además un regalo sorpresa (una bicicleta)- por lo que se sentirán felices y no tendrán ese ansía de "pedir y pedir" miles de cosas que les sucede a muchos niños. Por otra parte, la bicicleta supone un gran esfuerzo económico que no tendréis que hacer vosotros únicamente, porque todo el mundo colabora.
- hay a determinada gente que no le puedes decir que colabore con la compra de la bicicleta y llevarán a tu hijo un regalo. Te lo tienes que tragar y cruzar los dedos para que no sea muy grande o muy ruidoso.
Aún así, tendrán más regalos de los que inicialmente tú te habrías planteado. Pero si abres la veda, entonces sí que puede ser horrible.Como ideas, hay algún tipo de regalo que considero que puede estar bien. Entre ellos estarían cualquier cosa que no sea un "objeto/juguete" físico. A modo de ejemplo, mi mujer y yo no regalamos nada en el cumple de nuestros sobrinos- no queremos que unan un paquete más a su colección- y una o dos veces al año les cogemos a todos y dedicamos nuestro tiempo y dinero en que se lo pasen bien todos juntos (les llevamos a una piscina de pelotas, a comer al McDonalds, al cine... o a todo si da tiempo). Cualquier regalo que implique que un familiar pase un rato especial con tu hijo es un regalo deseable. Otro ejemplo pudiera ser el regalo de una de sus tías para su cumpleaños- que es un curso de cocina de una mañana para niños de cuatro años.-
Os digo que no es una tarea fácil y que tiene que estar muy consensuada por los padres. Suerte.
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